En la Provincia de Malleco realizan seminario sobre lechos biológicos como sistema de purificación

LechoBiologico_1 Lechos biológicos como sistema de purificación de residuos de plaguicidas en el sector agrícola se denominó al seminario desarrollado en Angol, Provincia de Malleco y que reunió a medio centenar de personas. La iniciativa formó parte de las actividades programadas para este año 2012 por el proyecto FONDEF “Manejo adecuado de residuos de plaguicidas en la producción frutícola de la Región de La Araucanía, a través de la implementación y difusión de lechos biológicos, ejecutada por la Universidad de la Frontera e INIA Carillanca, a cargo de los Dres. María Cristina Diez y Jorge Díaz respectivamente.

Esta tecnología, que permite evitar la contaminación puntual en suelos y aguas por derrames de plaguicidas, es una herramienta simple y de bajo costo que combina procesos de adsorción y degradación de plaguicidas, gracias a una biomezcla de suelo, paja y turba. En La Araucanía existen 3 lechos ya implementados, de esta manera Chile se transforma en el primer país de Sudamérica en impulsar este valioso instrumento.

Propiedades y procesos de los plaguicidas y su efecto en el medio ambiente; implementación y funcionamiento de lechos biológicos, tecnología para mitigar contaminación ambiental por plaguicidas; uso potencial de microorganismo para la descontaminación por residuos de plaguicidas y nanobiotecnología herramienta aplicada a la agricultura, fueron los temas analizados en sala durante el seminario. Posteriormente el grupo se trasladó al Fundo Santa Olga de Agrícola San Clemente en la comuna de Renaico, donde se visitó el lecho biológico allí instalado y se pudo conocer su implementación en terreno. Las temáticas estuvieron a cargo de los investigadores Gabriela Palma (UFRO), Jorge Díaz (INIA), Sergio Cuozzo de PROIM-Argentina, Nelson Durán de Brasil y Carolina Altamirano (UFRO).

Cabe indicar que este proyecto FONDEF en ejecución propicia una alianza estratégica entre el sector público y privado, donde también intervienen el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG); el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), la Seremi de Agricultura y Consejo de Producción Limpia, como también las empresas frutícolas San Clemente, Cerezas INALAF y Cherry Andes Sur, y Bayer CropScience. Dr. Jorge Díaz de INIA Carillanca

“Los impactos de esta tecnología son muchos, ya que permite incrementar la sustentabilidad del sector frutícola, el desarrollo científico y la innovación en la región. Las unidades implementadas en La Araucanía sirven para explicar in situ la utilidad de esta herramienta a productores y profesionales interesados en conocer el funcionamiento del lecho biológico a escala de campo. El objetivo es que la mayor cantidad de personas interesadas y preocupadas por un manejo seguro de los plaguicidas puedan acceder a mejorar e incorporar esta tecnología a las buenas prácticas agrícolas”, señaló el Dr. Jorge Díaz.

El proyecto ejecutado por la UFRO e INIA Carillanca, aparte de dar un paso importante en la investigación y desarrollo, se transforma en un mejor servicio  en pos de la creciente demanda que proviene del sector exportador de frutas, ligado a las exigencias que vendrán de parte del retail y de los mismos consumidores. En este sentido, la Dra. María Cristina Diez informó que además de realizarse estudios de laboratorio, se desarrollarán trabajos a escala de campo para adaptar esta tecnología a las características agroecológicas del país, con el fin de optimizar la biomezcla y condiciones de operación de los lechos biológicos. De forma paralela se trabajará en el diseño para la pequeña agricultura.

Finalmente, cabe indicar que fue Suecia fue el primer país en iniciar esta innovadora tecnología conocida como lecho biológico o “biobed”. La idea surgió como una necesidad de evitar que derrames accidentales y residuos de los plaguicidas que se utilizaban en plantaciones frutícolas contaminaran suelos, aguas superficiales y subterráneas. Mediante estudios de laboratorio y la colaboración de los agricultores se construyeron y pusieron en marcha los “biobeds”, permitiendo minimizar el riesgo de contaminación del suelo y del agua.

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