Declaración pública de Sindicato de Profesionales de la Universidad Católica de Temuco

imageHabiendo agotado todas las instancias de diálogo, incluyendo la reciente mediación realizada por el Seremi del Trabajo, la huelga legal continua siendo una herramienta de manifestación frente a la disconformidad que los trabajadores tenemos respecto de la forma en que el Rector y sus Vicerrectores deciden y definen políticas y asuntos tan relevantes para nuestro desarrollo profesional como lo son nuestras condiciones de trabajo, las remuneraciones y tipos de contratos.

Desde el inicio del proceso de la negociación colectiva, quedó de manifiesto la poca disposición al diálogo y la búsqueda de una solución conjunta por parte del empleador; aún cuando el Sindicato de Profesionales entregó una propuesta de Contrato colectivo basada en presupuestos económicos históricos, el Rector justificó su postura en meras especulaciones basadas en un proyecto de ley en actual tramitación y en noticias de prensa que teorizan sobre el mismo, que no responden a una proyección económica seria y fundada según nuestra normativa laboral.

Dentro de las acciones de búsqueda de diálogo de parte del Sindicato se cuentan:

1. Reiteradas solicitudes de reuniones al empleador para negociar con antelación y con posterioridad a la huelga, con base en información presupuestaria seria que permitiera comprender la disminución de IPC +3 a 0,65 de IPC entre el contrato colectivo anterior y el actual.

2. Dado que el argumento esgrimido reiteradamente por las autoridades para esta drástica disminución de beneficios dice relación con la situación de incertidumbre que generaría la Reforma a la Educación Superior, este Sindicato propuso inclusive mantener el actual contrato colectivo y posponer la negociación para abril de 2017, lo cual el empleador no acogió.

3. Antes de llegar a la huelga el Sindicato, y no la Rectoría, solicitó los “buenos oficios” a la Inspección del Trabajo, sin embargo a pesar de contar con 5 días adicionales antes de la huelga, no se concretó un resultado positivo desde esta instancia de negociación.

4. Envío de dos cartas al Obispo Mon. Héctor Vargas, en su calidad de Gran Canciller y Presidente del H. Consejo Superior de la Universidad, solicitando su intermediación en el proceso de huelga, ante la dificultad de diálogo directo con el gobierno universitario. Gestión que no recibió una respuesta positiva por parte del Obispo.

5. El Seremi del Trabajo Sr. Joaquín Bascuñan ofreció una intermediación entre el Sindicato y la Universidad, la que no tuvo un resultado positivo dada la postura inflexible de la Universidad, la cual no cede de su postura inicial, lo que coarta cualquier posibilidad de solución.

6. Los asociados se vieron forzados a rechazar la última oferta del empleador, el cual quiere “castigar” el derecho a huelga legal que por ley tienen los asociados al descontarles los días no trabajados. Si bien, la atribución es acorde a la ley, este Sindicato considera que dicha medida es una muestra más de presión y forma en la que se ha llevado este proceso de negociación e intención de “imponer” un contrato de trabajo colectivo, faltando al espíritu de comunidad y sello institucional que nos hace ser Universidad católica.

Habiendo transcurrido ya 20 días de huelga legal, este Sindicato de Profesionales se encuentra preocupado por los costos que esta huelga – que se ha extendido innecesariamente por la falta de disposición al diálogo de parte de las autoridades- genera en cuanto al desmedro en la formación de nuestros estudiantes por ausencia de sus académicos y académicas, de los procesos de acreditación, los avances en torno a los procesos de investigación, actividades de vinculación con la comunidad, entre otras.

En este sentido, este Sindicato considera que sus aspiraciones son justas y legítimas, que la huelga no está motivada por un corporativismo egoísta ni irresponsable. Es nuestro compromiso pleno con la identidad y los fines de la Universidad Católica de Temuco lo que nos motiva a reivindicar la dignidad y reconocimiento de sus trabajadores y trabajadoras convencidos de que solo así la Universidad responde a su vocación y compromiso público y regional.

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