Proyecto de investigación estudia impacto del fuego en bosques de la Reserva Nacional China Muerta

proyecto4A partir de los resultados de esta investigación se pueden obtener lineamientos estratégicos para implementar acciones de restauración ecológica post-fuego en la Reserva Nacional China Muerta.

El alto impacto provocado por incendios forestales de gran intensidad como el que afectó en 2015 a la Reserva Nacional China Muerta, motivó al Dr. Andrés Fuentes Ramírez, investigador postdoctoral de la Universidad de La Frontera, a ir más allá y evaluar el efecto de incendios de alta severidad en ecosistemas naturales, objetivo del proyecto Fondecyt de Iniciación que dirige y desde donde busca conocer cuál será la respuesta de la vegetación ante un disturbio de estas características.

Una tarea que Fuentes realiza con acuciosidad y en cuyo desarrollo ha jugado un rol fundamental el equipo con que trabaja, integrado por los estudiantes de pregrado de la carrera de Ingeniería en Recursos Naturales, Marcia Barrientos, Andrea del Fierro y Franco Pérez, y el estudiante del Magíster en Manejo de Recursos Naturales, Pablo Santibáñez.

El investigador del Laboratorio de Biometría de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales, cuenta que los resultados del primer año de ejecución del proyecto se han enfocado en la respuesta de la vegetación al fuego, para lo cual han establecido en áreas quemadas de la Reserva parcelas permanentes y donde se muestreó la regeneración de la vegetación en aquellas zonas clasificadas como de alta y mediana severidad. En China Muerta se quemaron alrededor de 3.700 hectáreas de bosque nativo, principalmente, de araucaria y nothofagus (coigüe y lenga).

«Queremos conocer la respuesta inicial de la vegetación y las propiedades químicas y biológicas del suelo a un disturbio de fuego de alta intensidad», comenta el Dr. Fuentes, destacando que para ello resulta fundamental poder contar con información en el tiempo, que permita desarrollar propuestas de restauración o de manejo en el futuro.

AVANCES

Así, y de acuerdo a los resultados iniciales, se ha podido determinar que especies de los géneros de Chusquea (quila), Gaultheria (chaura) y Alstroemeria (amancay) rebrotan en mayor proporción. Pero la riqueza total, abundancia y crecimiento de plantas vasculares, es mayor en zonas de mediana severidad en comparación con aquéllas de alta severidad de fuego.

«Encontramos que en zonas de alta severidad tenemos menor riqueza de especies, menor abundancia y los crecimientos son significativamente más bajos, comparados con las áreas de fuego de mediana severidad», expresa.

«En áreas de alta severidad se registró un total de 14 especies, mientras que en media severidad 16, de las cuales sólo 7 están compartidas en ambas condiciones de fuego (equivalente a sólo un 30% de similitud florística)», detalla.

El estudio -que comenzó en 2015- también arroja antecedentes sobre el cambio en la disponibilidad de nutrientes del suelo en estas zonas. «Por ejemplo, el nitrógeno tiende a aumentar en zonas de mediana severidad, pero disminuye significativamente en las que son altamente afectadas, se trata de un patrón similar al que muestra el fósforo».

El investigador agregó que el trabajo continúa con remediciones correspondiente al segundo año y con la implementación de parcelas de exclusión dentro de la zona de estudio. Sin embargo, adelanta que es importante realizar un monitoreo de la vegetación en el tiempo, ya sea a 10, 15 o 20 años, de manera de tener una evaluación temporal de mediano y largo plazo, así como de las propiedades químicas y biológicas del suelo.

El investigador extiende el agradecimiento a la Corporación Nacional Forestal (CONAF) por apoyar el desarrollo de esta investigación y el establecimiento de las unidades de muestreo al interior del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado de Chile (SNASPE).

Sé el primero en comentar

Deja un comentario