Rodrigo Rodríguez: “Yo creo que un buen investigador tiene que amar la naturaleza, querer comprenderla, pero más allá de eso querer dejar algo en la sociedad”

10274226_10206457437768885_4795507153177034429_nA sus 21 años, conversar con Rodrigo nos lleva por un mundo lleno de ideales, donde lo más importante es siempre luchar por lo que se quiere, por nuestros sueños, amar lo que se hace con todo el corazón, sólo así se puede conseguir el éxito y la felicidad en todo sentido.

Rodrigo Nicolás Rodríguez Quiroz estudiante de quinto año de la carrera de Bioquímica de la Universidad de La Frontera, oriundo de Temuco, nos cuenta con entusiasmo, cómo gracias al esfuerzo ha logrado poco a poco conseguir lo que se ha propuesto, desde niño mostró inclinaciones por la ciencia, siendo fundamental en su desarrollo su familia y profesores, lo que demuestra lo importante que son quienes nos forman desde pequeños, cómo ellos pueden orientarnos respecto al futuro y guiarnos hacia un camino exitoso.

¿Desde cuándo comenzó a gustarte el ámbito científico?

Siempre me gustó la ciencia, cuando era pequeño viví mucho tiempo en el campo y eso me ayudó a crear carácter y tener una mentalidad un poco más inquieta, siempre ayudaba a mis abuelos a sembrar a cosechar, de hecho cuando chico el médico me recetó de esas pastillas que les dan a los niños cuando son muy hiperquinéticos, recuerdo que mi abuela le dijo al doctor que no era necesario, porque yo necesitaba hacer cosas no más, ahí empecé a trabajar con ellos en el campo en el sector de Labranza, cuando tenía como  8 años, mis abuelos fueron  súper importantes en esa etapa. 

¿En qué establecimientos educacionales te formaste?

Estudié en la básica en la Escuela Municipal F -538 y en la enseñanza media en el Liceo Jan Comenius, ahí comenzó todo, siempre me fue bien en el área de la ciencia, los profesores me querían harto por eso, alguien que sin duda me impulsó y que recuerdo con mucho cariño ya que no está con nosotros fue la profesora Rosita, ella siempre me inculcó el tema de que fuera inquieto, que investigara, que fuera esforzado, yo creo que gracias a ella estudié Bioquímica.

¿En qué momento te diste cuenta que deseabas dedicarte al área científica?

Cuando entré al liceo ya tenía claro que lo mío era el área científica, no sabía muy bien qué carrera, pero en el liceo nuevamente me tocó una profesora que me ayudó desde un primer momento, me traía a la universidad, a la UFRO, a dar pruebas de química, en las típicas olimpiadas, siempre me decía: "estudia algo relacionado con la ciencia, con la investigación", yo no tenía idea de lo que se trataba, pero gracias a ella conocí a la directora de la carrera de Bioquímica y desde ese momento me encantó, a finales de tercero medio ya tenía claro que iba a ser bioquímico y me dediqué a tener las mejores notas para lograr entrar a la universidad a estudiar lo que yo quería.

¿Cómo fueron tus inicios en la carrera y en la Universidad de La Frontera? 

En un comienzo me costó mucho, pero me esforcé harto porque me gustaba y siempre tuve el apoyo de mi familia que me decían que tenía que darlo todo y la directora de carrera que ya me conocía de mi etapa escolar igual me ayudó, fue el apoyo de todas aquellas personas lo que hizo que nunca me dejara de esforzar por conseguir mis objetivos.

¿En qué momento decides  tocar puertas y empezar a trabajar en un laboratorio?

Fue en segundo año de universidad, como mi carrera es netamente de laboratorio, me dije un día, "necesito saber más", por esto fui a tocar puertas y llegué al Laboratorio de Suelos del Departamento de Ciencias Químicas y Recursos Naturales. Entré con la visión de querer trabajar en algo, estuve lavando material  como tres o cuatro meses y después empecé a hacer cosas químicas, a generar datos y de a poco se me fueron dando más oportunidades.

Sabemos que formaste parte de un proyecto de investigación en la  Antártica, ¿cómo surge esa oportunidad?

Mientras trabajaba en el laboratorio en tercer año de la carrera, surgió la oportunidad de formar parte de un proyecto de suelo en la Antártica, dirigido por el profesor León Bravo, una iniciativa que involucra a muchas universidades. Recuerdo que un día domingo me enviaron un correo como a las cinco de la mañana preguntándome si quería participar en la expedición científica Antártica, yo estaba feliz, no lo podía creer, se me estaba dando la oportunidad de ir gratis, incluso me pagaban, viviría una experiencia nueva, fue genial, acepté sin pensarlo.

Cuéntanos sobre tu viaje a la Antártica…

Viajé la primera vez a finales del 2014, hasta la base Presidente Eduardo Frei Montalva, que es la base chilena de la Fuerza Aérea, de ahí fuimos a trabajar a la base polaca, me acuerdo que la primera vez que viajamos fue súper entretenido porque lo hicimos en un buque de guerra, entonces nos demoramos siete días desde Punta Arenas a la base chilena, y tuvimos que pasar el Paso Drake, un pequeño punto donde se junta el Atlántico, el Antártico y el Pacífico, era una cuestión impresionante ver olas de ocho metros, en las noches casi no se podía dormir por el movimiento.

¿En qué se centraba la investigación Antártica?

Nosotros investigamos los suelos de la Isla Rey Jorge, Antártica Marítima, pero más que nada la asociación que existe entre dos plantas vasculares que hay en ese lugar, Deschampsia antártica y Colobanthus quitensis,  son las únicas que existen y estamos viendo el efecto del calentamiento global sobre esas dos especies, cómo responden a un aumento de temperatura, qué proteínas más generan, cómo es su crecimiento, tenemos estaciones meteorológicas instaladas en la Antártica que monitorean la radiación, la temperatura del aire, de las hoja del suelo, la humedad, una gran variedad de sensores, también tenemos unas especies de OTC, que son como mini invernaderos, eso se mantiene todo el año, lo que hace es aumentar como tres a cuatro grados celsius la temperatura, principalmente estudiamos cuáles son los cambios químicos y físicos, tanto dentro como fuera.

¿Has vuelto a visitar la Antártica?

Si, realicé un segundo viaje hace poco, pasé el año nuevo allá, fue una experiencia distinta muy bonita, trabajamos instalando estaciones meteorológicas, recolectamos datos, hacemos algunos experimentos en terreno, medimos crecimiento de plantas, vamos observando el inicio y terminó de temporada. En la Antártica hay una ventana de ingreso, no se puede entrar siempre, el periodo va desde finales de noviembre hasta finales de marzo más o menos, sólo en esa época se puede entrar, ya que después se congela.

¿Cuáles son las conclusiones a las que se ha llegado en la investigación?

Ya son tres años de trabajo y aparentemente existe un cambio a nivel fisiológico de las plantas, en terreno uno nota que el crecimiento de plantas es mucho mayor dentro de OTC,  las que están causando un calentamiento y generando una colonización, cómo se empiezan a descongelar los hielos las plantas ya tienen más espacio libre para colonizar y eso se está dando muy rápido, de hecho en veinte años el aumento de la temperatura en la Isla Rey Jorge, aumentará de tres a cuatro grados celsius. A nivel de proteínas también hay unos cambios enormes, de hecho la  Colobanthus quitensis tiene proteínas anticongelantes que son las que se van a empezar a investigar ahora en un nuevo proyecto. El calentamiento global sí está afectando las dos especies, la publicación completa de esta investigación debería estar disponible a finales de 2016.

¿Qué es lo que te impulsó a seguir una carrera en el área científica?

El tema del esfuerzo de mi familia siempre ha estado presente, porque yo vengo de un hogar de escasos recursos y mis padres siempre se esforzaron porque yo saliera adelante, mi abuelo principalmente, él reconocía en mí ese bichito de la curiosidad. Siempre me gustó mucho saber por qué ocurren las cosas, cuáles son los procesos que están implicados en que algo pase, me apasiona descubrir cosas nuevas, por eso me gusta la ciencia, quiero saber más allá del común de las personas que saben que la planta crece por algo, me gusta saber cuáles son los procesos por qué crece la planta, qué es lo que le da la energía.

¿Qué es lo que debe  tener un buen investigador?

Un buen científico debe primero tener esa misma inquietud de amor por la naturaleza, es ella la que nos mueve, hoy en día no está muy a flor de piel de los investigadores eso, ya la ciencia lamentablemente es un negocio, una competencia constante de quién tiene más publicaciones, el currículo más grande. Yo creo que un buen investigador tiene que amar la naturaleza, querer comprenderla, pero más allá querer dejar algo en la sociedad, querer dejar esta información, más que decir yo lo hago por mí, yo lo hago porque yo quiero enseñarle a la gente que viene, yo quiero enseñarle a las generaciones futuras cómo se mueve la ciencia, eso es fundamental para poder avanzar.

¿Qué le aconsejarías a un joven que está recién ingresando a la universidad a una carrera del área de la ciencia?

Lo más importante está en cómo uno se esfuerza por conseguir lo que quiere, cómo tú tocas las puertas y tienes la capacidad de hablar, eso es súper importante, porque hoy en día la gente no habla, la gente se queda callada, no es capaz de pararse frente a dos o más personas y decir lo que necesita, y eso pasa todos los días, las personas se han mal acostumbrado a comunicarse sólo por redes sociales, es por esto que mi mayor consejo para los jóvenes y para los futuros científicos es que siempre expresen sus inquietudes, que no se queden callados, si les gusta algo no se limiten, toquen mil puertas hasta encontrar las respuestas que buscan.

¿Cómo crees que se está desarrollando la ciencia en Chile?

Yo creo que la ciencia en Chile está avanzando, pero lamentablemente vamos a pasos de caracol, todavía no podemos compararnos con Europa ni con EE.UU., pero es por un tema de organización y de cultura, el chileno no se proyecta más adelante, no sabe que invertir en ciencia nos genera beneficios a futuro, nuestra cultura quiere todo ahora ya, pero no pensamos en qué va a pasar después, se va a acabar el cobre pero nadie está buscando una solución, es por esto que hay que invertir en ciencia y tecnología, pero no se hace, creo que es un cambio de cultura que lo vamos a tener que hacer las generaciones que vienen, los recursos están, pero no se administran bien.

¿En qué área te gustaría investigar?

A mí me gusta la parte de proteómica y metagenómica, investigar el tema de cómo los microorganismos responden a estímulos y generan proteínas para defenderse de algo, ya que con el mismo tema del calentamiento global, el cambio climático, de que recursos como  el petróleo, el cobre, se están acabando hay que buscar alternativas y una de esas son los microorganismos ya que son capaces de generar un montón de cosas por ejemplo el biocombustible, que es un boom que se está dando ahora en Brasil, el  de ocupar microorganismos para descomponer materia orgánica, se pueden a su vez hacer modificaciones genéticas para generar algo específico, los llamados transgénicos que a la gente no le gustan mucho pero es  sólo por desinformación. También me gustaría trabajar en el área de microbiología para generar eventualmente alguna empresa, crear algún producto que la gente pueda consumir y solucionar los problemas del petróleo, se pueden hacer tantas cosas, modificar microorganismos  para generar algunas enzimas que sean importantes en procesos industriales.Por ejemplo ahora voy a empezar a trabajar con el profesor Cledir Santos del BIOREN, voy a participar en la formación de la Micoteca, un centro de cultivos que permite guardar microorganismos para después generar una empresa, este aspecto  un poco más empresarial me llama harto la atención.

¿Existe algún personaje de la ciencia que te motive, que consideres un ejemplo?

Hay un científico chileno que me llama mucho la atención, el reconocido Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias, él es biiólogo y tiene un Doctorado en Bioquímica, es un personaje importante a nivel mundial porque entregó un concepto a la sociedad que es la autopoiesis, que es como tú defines la vida y quiere decir que un organismo es capaz de auto regenerarse y eso es vida, siempre me gustó ese concepto, encontré genial la primera vez que lo escuché, que un chileno dijera eso y fuera tan reconocido internacionalmente  significa que no estamos tan mal en Chile.

¿Tú quieres irte fuera del país?

Yo me quiero ir, me da pena decirlo pero lamentablemente si uno quiere especializarse más en un área tiene que salir y buscar otros horizontes, a nuestro país le hacen faltan centros de investigación.

¿Pero quisieras luego volver a Chile?

Claro que me gustaría volver a mi país, gracias a las oportunidades que me entregó a nivel educacional he podido estudiar, yo soy un beneficiario del  crédito, no tengo los recursos para poder pagarme la carrera, siento que tengo que retribuir en algo todo lo que se me ha entregado, esa es otra de mis motivaciones, me gustaría que cuando yo ya no exista haber dejado algo, un granito de arena para que pueda contribuir  a la formación de nuevos científicos, quizás más adelante hacer algún centro dedicado a crear científicos, son muchos los sueños que tengo, pero todos basados en poder ayudar al desarrollo de la sociedad.         

Ya en el campo de las proyecciones, ¿cómo te gustaría seguir desarrollándote?

Cuando entré a la UFRO y pasé el primer año de mi carrera, ya tenía decidido que quería hacer un doctorado, es por esto que apenas termine mi carrera  deseo irme fuera del país, estoy trabajando para aumentar mi curriculum y poder optar a uno de los mejores centros de investigación en Europa, tengo mi mirada en Portugal, quiero seguir trabajando en esto de la  proteómica y metabolómica, allá hay excelentes centros de investigación, te exigen mucho pero sacan siempre lo mejor de ti , te obligan a aprender otros idiomas, a tener un conocimiento amplio de la ciencia no sólo en un área específica sino que a hacer otras conexiones.12656129_10206666346511473_229484382_o

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