Conaf busca con la academia y productores, alternativas a las quemas agrícolas

IMG_6304Por primera vez se sentaron conversar sobre las alternativas al uso del fuego en la agricultura, académicos, investigadores, productores y profesionales del Ministerio de Agricultura, en el seminario de Buenas Prácticas Agrícolas: alternativas al uso del fuego en la región de La Araucanía, que organizó CONAF Araucanía y que inauguró el decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas y Forestales de la Universidad de La Frontera, Rodolfo Pihán, en el salón Los Avellanos.

“Nuestra región participa a nivel de país, con sobre un 50 % de las quemas agrícolas, toda vez que la superficie sembrada de cereales es la mayor del país, por lo tanto debemos ocuparnos de este tema y de tal forma que esta práctica milenaria sea bien regulada y en alguna medida, busquemos alternativas a no quemar rastrojos, sino que darles otra utilidad a la producción de rastrojos de cereales”, comentó el seremi de Agricultura Araucanía, Alberto Hofer.

A su vez, David Jouannet, director de CONAF Araucanía destacó que es el uso del fuego tiene alcances productivos, de riesgos de incendios, ambientales, de salud. “Y desde ese punto de vista, esta práctica que ha permanecido por años entre los agricultores, por otro lado, presenta un riesgo para la propagación de incendios forestales. Por eso hicimos este análisis para ver cómo se conjuga de mejor forma, los riesgos al medioambiente y hacia la producción”, explicó.

LOS PRO Y LOS CONTRA DEL FUEGO

Carlos Ruíz, investigador del Área Economía y Desarrollo de INIA Quilamapu y expositor del seminario, recordó que en 1956 el poeta Pablo Neruda realizó un diagnóstico al campo, cuando volvió a su “tierra verde y ésta ya no estaba, porque se había ido hacia el mar”. En este sentido, Ruiz aludió a que el problema más grande que hay, tal vez, no sean los incendios, sino la erosión y sus efectos nocivos, a los cuales, los agricultores han prestado poca atención.

“La idea no es prohibir quemar, sino que se vayan introduciendo prácticas para evitar las quemas, porque la paja que está ahí es una fuente de riqueza, cuando usted no quema ahorra en orden de 70 a 80 mil pesos, que si los quema, los envía a la atmósfera, los destruye; pero si se usa, es una fuente de nutrientes, de alimento para los animales y fundamentalmente es una fuente de energía”, argumentó el investigador.

Para Andreas Köbrich, secretario ejecutivo de SOFO, el uso del fuego en la agricultura, tiene externalidades positivas y negativas. “Los usos negativos del fuego los conocemos todos, gases del efecto invernadero, material particulado del smog que se genera. Pero dentro de lo positivo, que no tiene que ver sólo de materias económicas o de costos; sino con las labores agronómicas y su relación de cómo se destruyen hongos, órganos de resistencia, malezas, por lo tanto, no sabemos si es bueno o malo y seguiremos estudiando; y todos usamos en nuestra casa fuego, bajo un sistema controlado; y por lo tanto, el tema tal vez, pase por ver el control del fuego, manifestó.

Por último, Ottmar Opitz, expositor y asesor de empresas de cultivos tradicionales de Osorno, precisó que la incorporación de rastrojos viene para quedarse. “La incorporación de residuos agrícolas debe ser mirado a largo plazo, distinta a nuestra costumbre en Chile, de planificar de un año a otro y no enfrentarlo. Nosotros estamos trabajando hace 12 años operando con rastrojos y con cada vez más hectáreas y personas que quieren seguir este modelo que tiene más ventajas que desventajas, por ejemplo, hoy hemos logrado entregar a los agricultores homogeneidad en sus rendimientos a lo largo del tiempo, fenómeno que no se vé en los agricultores que queman sus residuos; hemos logrado con buenas técnicas, reducir la cantidad de malezas y nuestros agricultores han comenzado, después de las cosechas a incorporar , lo que disminuye el riesgo de incendios”, aclaró.

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