Quemaduras: Prevención y reacción con niños y adultos mayores

Los riesgos de tener este tipo de eventos están asociados a agua, fuego, sustancias químicas o instalaciones propias de la vivienda. Si a eso sumamos que muchas veces no sabemos qué hacer ante esta situación, el hecho se vuelve más complicado.

Ser precavidos, generar ambientes seguros, enseñar y nunca dejar solos a niños y adultos mayores, son algunos de los clásicos consejos para evitar accidentes graves en el hogar, como es el caso de las quemaduras.

Hay formas de prevenir y actuar a tiempo según sea el caso. Acá el tema de la prevención y qué medidas que se pueden adoptar ante esta situación se hacen vitales.

Ingrid Toro, académica de la carrera de enfermería de la Universidad San Sebastián asegura que para prevenir las quemaduras, en niños y niñas, hay que tomar ciertos resguardos durante el baño y en la cocina.

Las quemaduras entre los más pequeños de la casa ocurren por el descuido con elementos peligrosos que se están cocinando además de los hervidores eléctricos o la temperatura del agua caliente en el baño.

En el caso de los adultos mayores, el problema es la manipulación de alimentos en la cocina y el traslado de bebidas calientes, con el peligro de sufrir una caída o el derrame de estos líquidos. La docente señala que “lo mejor es alejar elementos como ollas y sartenes que contengan agua o aceite, además de colocar protecciones en la cocina y poner en altura los electrodomésticos, para que no puedan ser alcanzados o tirados por los niños”.

También, puntualiza, es recomendable instalar protecciones en los hornos, para que no puedan ser abiertos por los más pequeños y en lo posible alejarlos de la cocina cuando se está preparando algún alimento.

Otra fuente de quemaduras son las estufas. Ahí Toro precisa hay algunas “que se apagan solas ante el riesgo de volcamiento, pero eso no garantiza la temperatura que mantiene su estructura y si se apoya un niño o tropieza un adulto mayor, igual pueden producirse quemaduras. Por eso si es posible, se deben colocar en altura y usarlas para temperar el ambiente y luego apagarlas”.

¿Qué hacer si falló la prevención?

Lo primero que menciona la académica de la U. San Sebastián es que hay que apartar al niño o adulto mayor de la fuente de calor y no utilizar aceites, lociones o tierra para tratar la quemadura.

“Es una herida y la primera barrera para protegernos es nuestra piel, por lo que debemos mantenerla limpia y no añadir ninguna sustancia que pueda provocar una infección”, explica la enfermera.

Además, enfatiza que “las quemaduras generan mucho dolor y mientras más superficiales son, duelen más, pero si se trata de lesiones profundas hay una complejidad mayor, porque perdemos elementos de nuestra piel y líquido exudado, lo que puede implicar una deshidratación”.

Ingrid Toro añade que lo aconsejable es lavar con agua la zona afectada y si es un adulto, retirar anillos, pulseras y otros elementos. En el caso de la ropa, hay que evaluar si se retira, porque si es quemadura por fuego, la vestimenta se pega y sacarla genera más dolor.

La enfermera también recalca que el niño o adulto mayor debe ser llevado de inmediato a un servicio de urgencia para que el médico pueda evaluar el tipo de quemadura, su extensión y que zonas están comprometidas: “se trata de determinar si se afectaron las articulaciones o cuando las quemaduras se producen en la cara, el cuello, el tóraxo la vía aérea, principalmente, porque es probable que el paciente requiera hospitalización de urgencia”, acota.

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