“Drogas de moda”, ¿en qué están los jóvenes hoy?

AlcoholDurante 2018 los temas abordados por la prensa respecto del consumo de alcohol y drogas en los jóvenes generaron preocupación. Conocimos el “Clona Challenge”, una práctica riesgosa entre jóvenes y escolares que consumen clonazepam; nos enteramos de la irrupción en el país de la marihuana “cripy” -de alto poder alucinógeno- y la OMS nos alertó que somos el país más bebedor de América Latina. En contraposición, también se mencionó la llegada de un exitoso programa de prevención de drogas islandés.

Según los especialistas hablar sobre las “drogas de moda” puede ser poco pedagógico y prefieren referirse a las sustancias que emergen y despiertan cierto interés en el grupo de jóvenes que consumen. Si bien el Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar del SENDA del 2015 y el que realizó en junio pasado -en el marco del modelo islandés de prevención-, coinciden en que el alcohol, tabaco y la marihuana, son las sustancias con mayor prevalencia de consumo entre los adolescentes chilenos, también aparecen en el radar los medicamentos sin prescripción médica y los inhalantes.

Respecto del alcohol, la doctora Javiera Mayor, médico psiquiatra de SERJOVEN y Clínica Las Condes, dice que la práctica más común hoy es el “consumo intensivo” o “Binge Drinking”, que corresponde a beber 5 o más tragos en hombres o 4 en mujeres, en un intervalo de aproximadamente dos horas, al menos una vez al mes. Conducta de particular impacto en menores de edad, ya que se ha demostrado que presenta efectos agudos y a largo plazo en el cerebro, en especial en los procesos cognitivos.

La experta recalca que la intoxicación etílica puede ser letal. Existe pérdida de conciencia, baja la frecuencia respiratoria, la temperatura corporal, produce hipotensión arterial, puede haber convulsiones y vómitos con riesgo de aspiración del contenido gástrico, en casos más graves, puede producir un coma cetoacidótico y paro cardiorespiratorio, causando la muerte.

“Desde la práctica clínica, he visto con preocupación el incremento en el consumo de benzodiacepinas y otros fármacos que consumen los jóvenes sin prescripción médica, movidos desde la curiosidad, por un fácil acceso en los hogares, y también con la posibilidad de pasar inadvertidos al no tener olor ni dejar los ojos rojos”, comenta Paula Donoso, médico pediatra especialista en adolescentes, Coordinadora del Programa de Atención Ambulatoria Intensiva para Adolescentes con Consumo Problemático de Alcohol y/o Drogas de SERJOVEN.

Entre las benzodiacepinas, destaca el clonazepam, psicotrópico indicado bajo receta retenida conocido también como “Clona” o “Trencito” y que tiene efectos similares a los que presenta el alcohol en el cerebro. La psiquiatra Javiera Mayor explica que produce sedación, relajación, sensación de bienestar, desinhibición social y leve euforia, los cuales son los efectos deseables por el grupo de jóvenes que buscan su consumo. Sin embargo, dado su acción depresora, en sobredosis, produce enlentecimiento de los reflejos, falta de coordinación, dificultad para articular las palabras, visión borrosa, mareos, vértigo, náuseas y vómitos, amnesia y alteración de conciencia, y finalmente riesgo de depresión respiratoria y paro cardiorespiratorio.

La doctora Donoso afirma que también hay otra sustancia, no tan conocida por el mundo adulto, pero a la que los adolescentes pueden tener muy fácil acceso, se trata de los inhalantes, “me refiero desde el desodorante ambiental, a los productos de limpieza del hogar, que son sustancias tóxicas que pueden incluso provocar la muerte. Sus efectos son similares a los del alcohol como el relajo, desinhibición y moderada euforia”.

También están las drogas emergentes, sustancias la mayoría de ellas sintéticas, como LSD o éxtasis, con efectos que pueden ser muy serios para la salud, incluso la muerte. Son drogas consumidas más por el mundo joven universitario y con poder adquisitivo, debido a su alto costo.

¿Qué motiva a los jóvenes a drogarse?

Otro tema que preocupa a los especialistas es la precocidad del inicio del consumo de alcohol, tabaco y marihuana por parte de los escolares, que los cifra entre los 13 y 14 años. “Mientras más precoz es el consumo, mayor es la probabilidad que el adolescente se vea involucrado en problemas, se exponga a situaciones de alto riesgo, se dañe su desarrollo cerebral o presente una adicción a varias de estas sustancias”, asegura la doctora Donoso.

La pediatra y especialista en adolescentes de SERJOVEN, explica que muchos jóvenes inician el consumo de sustancias por curiosidad, para pasarlo bien, enfrentados a la presión de los pares, en contextos no supervisados por adultos. El uso recreacional es el primer paso, “el gran drama es que los adolescentes no cuentan con un desarrollo cerebral completo, hay áreas inmaduras que no le permiten medir su consumo, decir “hasta aquí no más llego” ello implica consumos intensos asociados a altísimos riesgos”.

Otro grupo de jóvenes pueden ver en el consumo de drogas y alcohol una solución a problemáticas propias de la edad, una vía de escape ante conflictos en el colegio, con los amigos o su familia. También pueden ser un facilitador que les permita atreverse a enfrentar el contexto social en el que deben desenvolverse y finalmente, están los que ven en las sustancias la ayuda para aliviar penas, dolores profundos, angustias, simplemente olvidar. “Generalmente en este tipo de consumos, a los que llamamos “terapéuticos” ya se han ido instalando procesos adictivos”.

Ante esta realidad, los especialistas coinciden en que es fundamental la supervisión de los padres, que sepan dónde están sus hijos y con quién, que idealmente puedan ir a dejarlos y a buscarlos, asegurándose de observar el estado en el que llegan a sus casas. Cualquier cambio conductual o afectivo brusco, cambio de grupo de amigos, retraimiento, conductas de irritabilidad, de agresividad, de ansiedad, y baja progresiva en el rendimiento académico, pueden hacer sospechar presencia de consumo problemático.

La psiquiatra Javiera Mayor recomienda propiciar un ambiente familiar que favorezca la comunicación, en el que existan espacios de tiempo compartido con todos los integrantes de la familia, para saber en qué están sus hijos, y poder hablar sobre el consumo de sustancias escuchando lo que ellos conocen y opinan, mientras los padres deben dar un discurso consistente al respecto. Se recomienda pasar al menos 1 hora de conversación diaria con los hijos y promover la realización de actividades recreativas para la ocupación sana del tiempo libre.

Realidad en cifras

Según el Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Chile 2015 del SENDA, último a nivel nacional al que se tiene acceso, la realidad del consumo de sustancias por parte de los jóvenes es la siguiente:

-Alcohol: 63% de los adolescentes entre 8º básico y 4º medio consumieron alcohol en el último año, el 35,6% ha consumido en el último mes y de ellos, 2 de cada 3 se han embriagado en el último mes.

-Tabaco: el 40% consumó en el último año. El consumo diario ha disminuido paulatinamente al 6%.

-Marihuana: 34,6% de los adolescentes declaran haber consumido alguna vez en el último año. Cifra que nos ubica como uno de los países del mundo con más consumo de esta sustancia a nivel escolar.

-Inhalantes: un 2,3% consumió en el último año.

-Medicamentos sin prescripción: 3,6% declara consumo en el último año. Sin embargo, la Estudio Nacional de Drogas en Población General 2016, muestra un aumento significativo en el consumo de tranquilizantes sin receta médica entre el 2014 al 2016, de un 1,2 a 1,7% consumo en el último año. En este mismo estudio se observa en el rango etario entre 12 a 18 años un incremento significativo de 0,2 a 0,8% de consumo de tranquilizantes sin prescripción médica entre el 2014 y el 2016.

En el marco de la implementación del modelo de prevención islandés iniciado en 6 comunas de la región metropolitana en junio de 2018, contamos con algunas cifras más actuales representativas de las comunas de Las Condes, Lo Barnechea, Renca, Melipilla, Peñalolén y Colina: Los adolescentes encuestados de entre 15 a 16 años presentan un 17% de embriaguez en el último mes, 29% ha consumido alguna vez marihuana y un 8,5% consume diariamente tabaco.

Acerca del Centro de Salud del Adolescente SERJOVEN

Corporación que brinda atención de salud integral, de alta calidad y gratuita a adolescentes de la comuna de lo Barnechea que viven en situación de pobreza. A la fecha ha atendido a aprox. 3.000 adolescentes (y sus familias), proporcionando aproximadamente 8.000 atenciones anuales.

Cuenta con un equipo multidisciplinario de más de 20 profesionales especialistas en adolescencia, que brindan atención de salud física, psicológica y social, junto con un fuerte trabajo preventivo, para problemas como: obesidad, anorexia, bulimia, depresión, consumo de drogas, ideación suicida, embarazo adolescente, deserción escolar y delincuencia, entre muchas otras dificultades propias de esta etapa de la vida. Su atención integral involucra al adolescente y a su familia, trabajando también estrechamente con los colegios y otras entidades comunales esenciales para favorecer el crecimiento y desarrollo saludable y la resolución de los problemas de los jóvenes.

SERJOVEN tiene además un rol fundamental en docencia de pre y postgrado en el campo de la salud del adolescente en el país, capacitando en especial a estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y a alumnos de psicología y psicólogos de las universidades de Los Andes, del Desarrollo y Alberto Hurtado, y de psicopedagogía de la Universidad Andrés Bello, de manera de que puedan brindar la atención que requiere todo adolescente.

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